El 3 de diciembre la famosa empresa de cerámica Sargadelos inaugura su nueva tienda en Madrid, en pleno Barrio de Salamanca por la calle Lagasca 25 por intermediación de la empresa inmobiliaria Rose Capital Real Estate.
“Después de casi dos años, nos atrevemos a abrir de nuevo una tienda de nuestros productos en Madrid. Nos gustaría que fuese una embajada, una delegación de nuestra manera de sentir, de pensar, de vivir, que, desde GALICIA, y desde hace ya más de DOSCIENTOS años, tratamos de trasladar a otras latitudes.
Los tiempos no son fáciles, pero para los emprendedores y los emigrantes nunca lo han sido. Y en GALICIA algo sabemos de ese afán de mejora, de búsqueda de lo desconocido, de morriña por lo ya vivido. Por eso volvemos.
Hemos procurado decorar esta tienda, utilizando muebles y aparataje de nuestras fábricas, buscando un entorno en donde la vanguardia de nuestros diseños y la tradición del mobiliario dialoguen con el cliente o visitante facilitando la acción de comprar y haciendo inolvidable su visita.
Nos gustaría permanecer muchos años en MADRID, en donde un gran número de gallegos han recalado buscando el cosmopolitismo de la gran ciudad y la mejora en sus condiciones de vida. Y se han sentido cómodos y acogidos. Por que MADRID es una ciudad abierta, respetuosa, libre.
Que el destino nos sea propicio a todos.” – Declara El administrador único del grupo Sargadelos -Cerámicas Seguismundo García
Historia de Sargadelos
La Cerámica de SARGADELOS surgió de la iniciativa ilustrada de Antonio Raimundo Ibáñez en los primeros años del siglo XIX, con la inauguración de una fábrica de loza en esa parroquia del ayuntamiento de Cervo (Lugo) en el año 1806.
Nacido en la comarca asturiana de los Oscos, el 17 de octubre de 1749, Antonio Raimundo Ibáñez fue una figura relevante en nuestra primera industrialización. Su personalidad emprendedora le llevó, desde su juventud, a desarrollar actividades novedosas, como la explotación de rutas comerciales entre Ribadeo y Cádiz o el Báltico, con las que pudo constituir la “Real Compañía Marítima” en 1788.
Invirtiendo los capitales alcanzados, y contando con la protección en Madrid de Godoy, primer ministro de Carlos IV, fue capaz de levantar una potente siderurgia en el lugar de SARGADELOS, y de asegurar su viabilidad con un contrato del Estado para producir municiones en el año 1794. Además, de sus altos hornos salieron muchas de las tuberías, cadenas, ruedas hidráulicas, útiles de cocina y demás herramientas de las empleadas en la España del siglo XVIII. E incluso llegaron a crearse hermosos conjuntos escultóricos, fuentes públicas y balaústres decorativos que aún se pueden reconocer en algunas ciudades gallegas.
Poco tiempo después, engrandeció su obra con la creación de la fábrica de loza, que comenzó las primeras pruebas en el año 1806. El proyecto le permitió a Raimundo Ibáñez desarrollar su gusto refinado por las Artes Plásticas al mismo tiempo que aprovechar la oportunidad de mercado que supuso el cese de las importaciones de loza “Bristol” inglesas. A favor de esta iniciativa, tuvo parte de su infraestructura siderúrgica y, sobre todo, la calidad sobresaliente de los yacimientos de caolines existentes en las proximidades de SARGADELOS.